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Los nervionenses vuelven a perder por culpa de un planteamiento rácano y de unos jugadores desbordados, sin alma, ni ideas

Partido muy malo del Sevilla fuera de casa, una vez más. Los de García Pimienta vuelven a mostrar debilidad tanto con balón como sin él. Quitando el gol de Lukebakio, el conjunto nervionense apenas generó peligro y los datos así lo confirman. El Sevilla FC es el cuarto equipo que más goles recibe como visitante.

Imagen desastrosa

El conjunto nervionense se fue al descanso por debajo en el marcador, sin ser fluido, sin ser dominador, sin generar ocasiones y sin convencer demasiado. En la segunda parte, estuvimos a punto de empatar pero encajamos el segundo. Entonces, se vio a un Sevilla inoperante en todas sus facetas, sin ideas, sin un plan, totalmente desordenado, tácticamente roto y al que se le encontraban las costuras fácilmente.

El planteamiento de García Pimienta es de cobardes, de aguantar con la pelota para lograr el punto y rezar para que no te caiga más de un gol. Resultado de ese planteamiento es la imagen tan deplorable mostrada por el equipo, que no merece una afición que hoy, una vez más, ha estado muy por encima del rendimiento del equipo, a pesar del horario. 

Tanta culpa se debe achacar a Pimienta como a los jugadores, quienes mostraron una actitud y una intensidad no acorde a la categoría. El centro del campo se ha mostrado inoperante, sin lograr dar dos pases seguidos, sin ganar duelos y totalmente partido. La esencia del Sevilla es que siempre es un equipo luchador, con garra y alma, y si en seis partidos no se ha visto y las sensaciones han sido desesperantes, significa que en lo colectivo algo se debe cambiar.

Oportunidad para reflexionar 

Si algo bueno tienen las derrotas es que te permiten reflexionar y valorar los puntos negativos del partido. Es este un buen momento para hacerlo, para preguntarse si este es el camino.

En mi opinión, lo primero que falla es que no existe una idea o un planteamiento en el que crean los jugadores y en el que se pueda asentar el juego colectivo. El equipo no cree y se dedica a defender y ven su moral resquebrajada cuando, sin haber un plan B, el rival les hunde y no les somete constantemente. Luego los jugadores deben hacerse mirar esa imagen, que con independencia del planteamiento, muestran sobre el verde que no representa lo que es este club. Actuaciones tan malas se ven con García Pimienta y también se veían sin Pimienta, por lo que algo se está haciendo mal ante rivales de tu mismo nivel.