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0 de 6 puntos ante Valencia y Alavés

Del partido de ayer no hay muchas cosas que se puedan salvar. El Sevilla fue claramente inferior a un Alavés recién ascendido pero mucho más trabajado e intenso, con una plantilla a años luz económicamente hablando con respecto a la nervionense. Todos los jugadores saben lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo. No es un buen arranque para el proyecto desde cero de Mendilibar, que dejó ver sus costuras, la principal la endeblez de una plantilla que sufrió para mantenerse el curso pasado y que no se ha reforzado, al menos de momento, debidamente. 

Pero entre todas las sombras que va dejando el primer proyecto en solitario de Víctor Orta, una luz iluminó Mendizorroza, aunque no fuese suficiente para que pudiésemos al menos puntuar. Rafa Mir, firmó un golazo y exigió tras el partido más minutos. Pero al parecer el jugador se marcharía al Valencia para tener esas oportunidades.

La Séptima Europa League era ese hilo de esperanza al que se agarraba la afición después de las desesperanzadoras trayectorias de Lopetegui y Sampaoli. Ese halo de fe, es el clavo ardiendo al que agarrarse para imaginar una temporada distinta a la anterior,  y que en el peor de los casos tenga el mismo final, para que el próximo verano volvamos a juntarnos todos en esa sala imaginaria en la que todos nos volveremos a ilusionar pensando que, esta vez sí, el club va a pensar más en el fútbol que en otras cosas.